domingo, 5 de mayo de 2013

Mascarillas y terror


MASCARILLAS



Asxtal, el dios sin padre
reconstrucción de yeso basada en la figura de arcilla deteriorada que está abajo.


 Muy humano; aterrador, así morían los presos ante semejante horror, sobre todo en las noches parecían moverse...



Los condenados en la isla hacían sus propios rituales, donde principalmente pedían su liberación a Asxtal, ya que al ser el dios sin padre representaba justamente la orfandad total, situación del desterrado que, además, perdía enteramente su dignidad humana.
Caer en la cueva de Asxtal significaba perder toda posibilidad de volver a ser un alma con piedad y sentimientos hacia los demás. En los rituales de adoración y plegarias a este dios, los condenados asesinaban a sus propias esperanzas de sobrevivir. Estas ceremonias fueron impuestas por los ticolenses a los exiliados de manera oculta, haciéndoles creer que ellos mismos eran quienes invocaban y creían en esa deidad.

 



Ticol, dios de la Ira (que dio nombre a esta raza)



Modelo de yeso imitando las mascaras y estatuas esparcidas por los bosques entre 1568 y 1752




Las mascarillas de Ticol han sido halladas en numerosas islas, porque era un dios adorado por los vencedores. Esta máscara, junto con otros elementos era justamente utilizada por los carceleros para inducir más terror en los condenados y su presencia obraba a favor del cruel camino al que eran obligados a seguir en sus días previos a su muerte. Las mascarillas eran colocadas en varios sitios en los bosques para que los prisioneros las hallaran casualmente en su camino; el efecto era aterrorizante.


Txumac, un dios impiadoso y malvado como pocas veces se ha visto en la historia.


Es evidente en manuscritos hallados la síntesis de esta leyenda con la de Yog Sothoth, 
El Necronomicón y toda la mitología real compilada por H.P. Lovecraft

La imagen de Txumac era utilizada cuando una tribu vencía a otra. Cuando los hombres eran vencidos y solamente quedaban las mujeres, los  niños y los ancianos, en definitiva los débiles, entonces, aparecía Txumac y, poseyendo a los vencedores, arrasaba con todo. Nadie sobrevivía, ni los animales. Eran aquelarres de varios días y tras ellos, sólo quedaban cenizas y cadáveres; muchos cadáveres.
Luego se hacía una gigantesca hoguera, porque una vez que se terminaba la masacre, todo era quemado, aún los sobrevivientes sea cual fuese su condición. Txumac se retiraba y todos quedaban sin culpa, ya que ellos no eran responsables de la masacre sino el maldito Txumac, quien se decía que los obligaba a hacer semejantes demencias.
Por su parte, las creencias de los propios escarmentados en la isla le daban realidad a todos los espíritus que habitaban allí. Porque estos demonios, la mayoría sin nombre, eran quienes principalmente los obligaban a perder la cordura y cometer crímenes contra otros condenados. Estos demonios habían sido dioses que a su vez también fueron desterrados, pero del paraíso de los dioses, y habían perdido su condición de tales, lo que los hacía más vengativos y crueles.


Estudios realizados en los cadáveres hallados en el Lago Artificial



Todos los restos de cuerpos  fueron hallados por Juan Luis Urrutia en muy mal estado de conservación. Actualmente se está estudiando qué otra deidad demoníaca podría estar representada en este lugar que es mejor evitar. No hay información al respecto.




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