MASCARILLAS
Asxtal, el dios sin padre
reconstrucción
de yeso basada en la figura de arcilla deteriorada que está abajo.
Muy humano; aterrador, así morían los presos ante semejante horror, sobre todo en las noches parecían moverse...
Los condenados en la isla hacían sus propios
rituales, donde principalmente pedían su liberación a Asxtal, ya que al ser el
dios sin padre representaba justamente la orfandad total, situación del
desterrado que, además, perdía enteramente su dignidad humana.
Caer en la cueva de Asxtal significaba perder
toda posibilidad de volver a ser un alma con piedad y sentimientos hacia los
demás. En los rituales de adoración y plegarias a este dios, los condenados
asesinaban a sus propias esperanzas de sobrevivir. Estas ceremonias fueron
impuestas por los ticolenses a los exiliados de manera oculta, haciéndoles
creer que ellos mismos eran quienes invocaban y creían en esa deidad.
Ticol, dios de la Ira (que dio nombre a esta raza)
Modelo de yeso imitando las mascaras y estatuas esparcidas por los bosques entre 1568 y 1752
Las mascarillas de Ticol han sido halladas en
numerosas islas, porque era un dios adorado por los vencedores. Esta máscara,
junto con otros elementos era justamente utilizada por los carceleros para
inducir más terror en los condenados y su presencia obraba a favor del cruel
camino al que eran obligados a seguir en sus días previos a su muerte. Las
mascarillas eran colocadas en varios sitios en los bosques para que los
prisioneros las hallaran casualmente en su camino; el efecto era aterrorizante.
Txumac, un dios impiadoso y malvado como pocas veces
se ha visto en la historia.
Es evidente en manuscritos hallados la síntesis de esta leyenda con la de Yog Sothoth,
El Necronomicón y toda la mitología real compilada por H.P. Lovecraft
La imagen de Txumac era utilizada cuando una
tribu vencía a otra. Cuando los hombres eran vencidos y solamente quedaban las
mujeres, los niños y los ancianos, en
definitiva los débiles, entonces, aparecía Txumac y, poseyendo a los
vencedores, arrasaba con todo. Nadie sobrevivía, ni los animales. Eran
aquelarres de varios días y tras ellos, sólo quedaban cenizas y cadáveres;
muchos cadáveres.
Luego se hacía una gigantesca hoguera, porque
una vez que se terminaba la masacre, todo era quemado, aún los sobrevivientes
sea cual fuese su condición. Txumac se retiraba y todos quedaban sin culpa, ya
que ellos no eran responsables de la masacre sino el maldito Txumac, quien se
decía que los obligaba a hacer semejantes demencias.
Por su parte, las creencias de los propios
escarmentados en la isla le daban realidad a todos los espíritus que habitaban
allí. Porque estos demonios, la mayoría sin nombre, eran quienes principalmente
los obligaban a perder la cordura y cometer crímenes contra otros condenados.
Estos demonios habían sido dioses que a su vez también fueron desterrados, pero
del paraíso de los dioses, y habían perdido su condición de tales, lo que los
hacía más vengativos y crueles.
Estudios realizados en los cadáveres hallados en el Lago Artificial
Todos los restos de cuerpos fueron hallados por Juan Luis Urrutia en muy mal estado de conservación.
Actualmente se está estudiando qué otra deidad demoníaca podría estar
representada en este lugar que es mejor evitar. No hay información al respecto.
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